KamasutraUn recorrido visual por las posiciones más placenteras, sugerentes y creativas. Descubrí, explorá y conectá de una manera diferente.
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Subite arriba y sentite la reina del momento: vos marcás el ritmo, la intensidad y hasta la melodía con tus gemidos. La clave no es solo llegar al orgasmo, sino disfrutar de cada movimiento del viaje. El final… inevitablemente explosivo. 💥
Pensá en tu fantasía sexual más recurrente… y ahora imaginá que tu pareja se convierte en ese personaje que te enciende, como el repartidor de pizza más hot que viste en tu vida 😏. La postura que te deja tumbada en la cama, con tus partes bien expuestas para una penetración profunda, es una bomba.
Un masaje con lubricante que nunca sabés dónde va a terminar. Y si son dos chicas, probá sumarle un arnés. 🔥
Ella en la cama, vos un poco más abajo dándole el oral de su vida. No cargues todo en los hombros, que se apoye en la pared. 😏
Con tu juguete favorito y tu pareja penetrándote por detrás, incliná tu pelvis y sentí ambos placeres a la vez. 💦
La de siempre, pero tus genitales quedan expuestos. Más acceso para tu pareja, más disfrute para vos. 💫
En cuclillas sobre algo elevado mientras tu pareja trabaja abajo. Sumá un juguete con ventosa y logren ritmo en equipo. Explosivo. 💥
Con una almohada bajo tu pelvis, subite arriba de tu chica. Ella te masturba con la mejor vista, y después cambian. 🔥
Con esposas suaves y un cojín que te eleve, dejá que tu pareja te penetre mientras vos llevás el tempo. 😏
Lubricante, tus genitales contra su muslo y, cuando estés al límite, que te penetre desde atrás. Vos decidís cuándo. 🔥
Un polvo anal por detrás… pero con reto: el primero que gima pierde. Un cojín debajo ayuda a la comodidad. 😈
Igual que siempre, pero la persona abajo tiene que enroscar sus piernas y llevar el ritmo. Más control, más intensidad. ⚡
En el sillón, abrazados fuerte. Uno guía, el otro disfruta… y el que recibe queda con las manos libres para sumar más. ✨
Parecida a la X, pero controlás la penetración con tu equilibrio. Y si tu pareja juega con tu clítoris, el combo es letal. 🔥
Frente a frente, usen sus manos para darse placer mutuamente. Guiarse con la mirada lo hace aún más hot. 👀❤️
Otra opción: enfocarse solo en los pezones. Juguetes, lubricantes o caricias, el resultado sorprende. 💓
Aunque requiera equilibrio, la postura estimula justo la pared vaginal donde está el famoso punto G. 🎯💦
De pie, con juguete en mano y sin perder tiempo. Si hay espejo cerca, mejor todavía. 🔥🪞
Si sos sensible ahí, usá lubricante efecto calor y rozalos suavemente. Te puede llevar directo al clímax. 🫦
Probá tus vibradores en los pezones. Aunque no sean específicos, la vibración puede volverte loca. 😍
Si olvidaste el vibrador en un viaje, improvisá con el cepillo eléctrico. Solo apoyalo en el clítoris y dejá que haga lo suyo. 🙈⚡
Tapale los ojos a tu chico y jugá con plumas sobre su cuerpo. La intriga, más el cosquilleo, hacen magia. ✨😏
¿Querés variedad? Sumá tu juguete, su muslo y su pene. Tres estímulos, una sola vos. Elegí el orden y preparate. 💣
Dejá que tu chica te lleve con sus manos y su juguete preferido. Vos marcás direcciones, ella sigue el mapa de tu cuerpo. 🗺️🔥
Con dos vibradores, jugá con tu pareja: cada una usa el suyo en la otra. El desafío: dejarse guiar y aumentar la intensidad juntas. ⚡💦
Esta postura se banca en cualquier parte de la casa (o fuera 👀). Un polvo improvisado por detrás siempre suma diversión. 💥
No hay nada más sexy que no llevar nada debajo y montarte una “película” como si fueras la protagonista. Si encima te subís arriba y marcás el ritmo, tu pareja queda rendida. 🔥
Dicen que a veces el sexo oral con bombacha puesta se siente más... ¿Lo probaste? Si no, tomá nota. Puede ser una bomba. 💣💦
Subite arriba, empezá vestida, y tomá el control. Como si fueras la estrella de tu propia peli erótica. Hoy, tu pareja solo mira y siente. 😍
Como cuando eran adolescentes: ropa puesta, rozarse, y llegar al clímax casi sin sacarse nada. Puro deseo, puro juego. 🫦
Es como el clásico cowboy, pero al revés… y con vibrador. Mientras te penetran, sumale esa vibración extra. Vos llevás el ritmo, el resto es puro disfrute. 🐎💥
Si el juego los tienta, sumen un arnés del tamaño justo y láncense a la acción. El desafío: mantenerse de pie mientras el roce hace lo suyo. 😈🔥
No hay sorpresas: es lo que dice el nombre. Si te copa el sexo anal (¡con protección siempre!), esta postura es ideal para entregarte y dejar que la otra persona lleve todo el control. 💥
Terminó el primer acto, pero no te vayas. Este masaje (sí, por delante 😏) puede ser el puente a una segunda vuelta... o el broche de oro.
Si a él le gusta recibir, usá un arnés del tamaño ideal y dejá que te guíe. Después, cuando ya sepas cómo le gusta... tomá el control vos. 😎
Versión cómoda y jugada. Sumale lubricante y vayan turnándose para llevar el ritmo. Entre risas, placer y fricción... ¿qué más querés? 😏💦
Una de las más populares del Kamasutra, pero con un bonus: el espejo. Él tiene el mejor ángulo, pero vos también podés disfrutar el show. 🔥
Acostate en modo estrella y dejá que tu pareja te levante mientras te penetra. La inclinación de tu pelvis hace que cada movimiento se sienta más... profundo. 💫
Vos y tu chica, bien cómodas, besándose mientras el juguete hace lo suyo. ¿Quién aguanta más sin terminar? 😈
Solo para cuerpos muy flexibles, pero vale la pena: al permitir una penetración más profunda, es ideal si tu pareja tiene el pene más chico. Todo se siente más. 😏
Subite a una superficie alta, apoyá bien la espalda y ponete en cuclillas. Tu pareja se encarga del ritmo, y al tener las piernas juntas... sentís todo con más intensidad. 🥵
Tirada en la cama, dejá que tu pareja te penetre mientras usás tu vibrador favorito. Dos estímulos al mismo tiempo = un orgasmo que te va a hacer temblar. 💦💥
Otra que necesita confianza. Una postura cargada de placer... y de estímulo visual. Si todavía no la probaron, esta es la señal. 😈
Cuando hay confianza, que quien recibe se concentre solo en mirar cómo le dan placer. Nada más excitante que ver a tu pareja enfocada solo en vos. 🫦
Para quienes buscan nuevas sensaciones. No esperes un orgasmo fácil, pero sí una experiencia distinta. Solo para las más equilibristas. 🧎♀️
Si tu pareja es una mujer con arnés, apoyate sobre una superficie firme y cerrá bien las piernas. La sensación es mucho más intensa y profunda. 💥
Sí, como la estructura francesa, pero con cuerpos humanos. Es una fantasía para tríos, da igual el género, lo importante es el deseo compartido. Ideal para probar algo diferente. 🧑🤝🧑🧑
Acá el juego está en no separar las piernas, por más placer que sientas. Una posición con un toque de sumisión que puede encender mucho. 🔥
Frente al espejo y en cuclillas, es una de esas posturas que excitan por lo visual. El desafío: mantener el equilibrio sin perder el ritmo. 😉
El nombre viene por la forma en que se acomodan los cuerpos. Está pensada para el sexo anal, y mantener el equilibrio es todo un desafío. ¿Te animás?
Ideal si tenés buena flexibilidad. Buscá una butaca o superficie alta donde apoyarte, y dejá que tu pareja te sostenga mientras elevás las piernas sobre sus hombros. Él tiene el control... vos solo entregate. 😏
Una de las más elegidas, sobre todo si el agua cae directo sobre ustedes. Consejo de oro: evitá el jabón para no tener accidentes resbalosos. 😅
No es tan difícil como parece, pero la mirada es clave. Un equilibrio entre cuerpos... y entre deseos.
Una silla con hueco al centro, vos arriba, tu pareja abajo dándote oral. Vos lo ves todo... y si quiere, también puede tocarse.
Elegí quién manda. La que se sienta se entrega al juego. Atada, recibiendo caricias o vibrador. Vos solo relajate y disfrutá.
La clásica, pero en alto. Subite a algo, dejá que tu pareja te sostenga y controle el ritmo. Un poco más desafiante, mucho más excitante.
Vos sos la botella, tu pareja te "destapa". Jugá con una silla o al pie de la cama. Con un toque hot, se pone muy divertido.
Haciéndote la equilibrista, intenta controlar el nivel e intensidad de penetración desde atrás y establece como reto aguantar.
Es como un mimo envuelto en deseo. Acunarse, mirarse, estar cerca. Penetración opcional, conexión garantizada.
Con vibradores, convertí una postura clásica en una competencia: ¿quién se viene último?
Quien está abajo tiene que resistirse al orgasmo... hasta que el reloj llegue a cero. ¿Podrá?
Es la de siempre, pero sin entrar. Solo frotar. Vos llevás el ritmo. ¿Aguanta él?
¿Tenés bañera? Probá el oral adentro y afuera del agua. Las sensaciones cambian todo y el clímax es épico. Piscina también sirve.
Piernas juntas, el cuerpo en L, y tu pareja empujando desde atrás. La fricción es intensa, y si sumás tu vibrador preferido, mejor aún.
Tu pareja maneja tu juguete favorito, pero vos decidís cómo, cuándo y cuánto. Sorpresa asegurada, orgasmo inesperado. ¡Alucinante!
Quien recibe tiene que aguantar el equilibrio… y el orgasmo. Si llega de golpe, cuidado con perder el balance. Pero el placer... uff.
Mirá a tu pareja como si la fueras a devorar. Tocala, pero sin sacarle la mirada. El deseo va a subir tanto que se les va a hacer imposible aguantarse.
No hay contacto físico, pero sí mucha data. Mirá, descubrí lo que te gusta y después devolvéle el gesto a tu pareja. Un juego visual que vale la pena.
Si tu pareja tiene vulva y usa arnés, que se suba sobre vos dejando su clítoris a mano (o pelvis). Roce directo, vibrador opcional, y... ¡placer asegurado!
Jugá con los niveles de vibración mientras tu pareja observa tu cara de placer. ¿Aguantás más de 10 minutos sin terminar? Apostamos que no.
Para parejas con vulva: una pierna entre las tuyas, clítoris contra su muslo, y mientras tanto, dale placer a ella con tus manos. ¿Quién llega primero?
¿Orgasmo por los pezones? Sí, se puede. Usen lubricante con CBD, lamidas suaves, clítoris al paso… y relajate. El resto llega solo.
Arqueá la espalda, dejá que tu pareja lleve el ritmo desde atrás. Una sábana ayuda para agarrarse y embestir con fuerza. ¿Vibrador? Sumalo para más intensidad.
Una persona erguida, la otra inclinada. Hay que coordinar, pero cuando fluye, es una locura. El movimiento acompasado lo es todo. ¿Preparados?
Re tierna y reconectada. Van a sentirse más cerca que nunca. Usen juguetes o simplemente sus manos. Da un nivel de intimidad que enamora.
Nada de separarse ni un segundo. Ideal para el frío: bien pegades, se entra en calor enseguida. Si tienen un arnés, usalo. Si no, ¡manos a la obra!
En esta solo vale mover las caderas, como si estuvieras haciendo twerking. Estás arriba, así que vos marcás el ritmo. El placer, asegurado.
Una encima de la otra, encajen sus cuerpos para que ambas sientan placer, ya sea con genitales, manos o ambos. El desafío: mantener el equilibrio sin perder la magia.
Como un gato ronroneando: pedile que te acaricie de abajo hacia arriba y se detenga en tus genitales para llevarte al clímax. ¡La vida pa’ vos!
Frente a frente, debajo de las sábanas, masturben sus cuerpos mientras se miran. El calor y la intimidad harán el resto.
Pedile a tu pareja que use un vibrador de forma intermitente sobre tu clítoris mientras lo exponés bien, con las piernas alrededor suyo. Vos guiás y disfrutás.
Usen una vela especial para masajes y jueguen con la cera para explorar cada parte de la piel. Si logran llegar al orgasmo solo con esto… se recibieron de Kamasutra.
La que recibe tiene que controlar el equilibrio estando de pie, mientras la que da se sujeta bien. Lo mejor: la estimulación es distinta y más divertida.
Flexioná las piernas para intensificar la sensación. Si es entre dos mujeres, pueden usar un gran juguete o simplemente rozar clítoris con clítoris. Pura fantasía.
Acostate boca arriba, dejá que tu pareja te toque bajo tus indicaciones y usen lubricante para más placer. Cuando estés por llegar, mantené la mirada: pura conexión.
Parecido al perrito clásico, pero tu pareja tiene que estimularte el perineo con uno o dos dedos. Una sensación increíble. Guiá su mano para hacerlo bien y llegá sin prisa.
Ideal para parejas con diferencia de altura. Si sos la más bajita, subite a tu pareja y déjense llevar hasta el éxtasis.
Acostados frente a frente, estimúlense despacio, recorran cada rincón del cuerpo y terminen entregándose sin prisa. Clave: abrácense todo el tiempo.
Acá quien recibe la vibración tiene que confiar y describir paso a paso cómo va sintiendo cada cosa. Todo placer compartido.
Sí, es la postura de siempre, pero con un twist: para llegar al clímax, estimulá tu clítoris con la mano y bastante lubricante. La coordinación es toda tuya.
Parecido al 69 clásico, pero con un plus: los genitales de quien está arriba quedan más expuestos gracias al ángulo de las piernas y la elevación de la cola. Una bomba de sensaciones.
Si sos buena manteniendo el equilibrio, con esta postura podés penetrarte con un juguete mientras hacés sexo oral a tu pareja de pie. Coordinación de diez.
Parecido al anterior, pero acá podés cambiar la vibración por una superficie que roce tu clítoris. Una fantasía porque dominás las dos partes: dar y recibir.
Quien esté en posición de perrito tiene que sostener bien el equilibrio, pero es un golazo: podés usar tu juguete favorito mientras estimulás los genitales de tu pareja. Orgasmo asegurado.
Quien está arriba tiene que mantener el equilibrio, pero vale la pena: el sexo oral recibe toda la atención y la persona de abajo tiene las manos libres para jugar también. Todo a favor.
Tu pareja arriba y vos acostada: con esta postura llegar al clímax es fácil. Cada uno controla su placer, así que pónganse de acuerdo con señales para llegar a la vez. Una fantasía.
Usá tu vibrador favorito y, montada sobre tu pareja, explorate hasta llegar a la meseta. Mientras tanto, hacé un oral con la misma intensidad con la que te masturbás. Cuando estés por llegar, subí el ritmo del oral… ¿llegan juntos?
Con las piernas flexionadas a 45 grados, dejá que tu pareja succione tu clítoris hasta llevarte al orgasmo. Tu reto: mantener las piernas quietitas, ¿aguantás?
En esta postura, el pseudo 69 te permite darle placer a tu pareja desde un ángulo único. Usen almohadones para encontrar el ángulo justo.
Solo para los más osados: si tienen un columpio en casa, es la mejor posición para dar y recibir sexo oral sin límites.
Esta postura es perfecta para dos mujeres. Usen un vibrador y colóquenlo entre ambos clítoris para que haga todo el trabajo. Puro placer compartido.
Si tu pareja puede sostenerte, subite a sus hombros y recibí sexo oral mientras te agarrás de algo firme de la casa. Hacerlo así es tan surrealista como placentero.
Muy íntima, perfecta para mirarse a los ojos y sentirse bien cerca, piel con piel.
Poné un almohadón y flexioná las piernas como formando una islita. Desde atrás, la penetración se siente más intensa.
Aprovechen el agua: usá la ducha y dejate llevar con la presión. Esta postura es más fácil si no hay mucha diferencia de altura.
Acá vas a necesitar equilibrio: apoyate en su rodilla y en su pecho, y llevá vos el ritmo. Pura entrega.
Solo para quienes tienen buen equilibrio. ¿Se animan?
Doble placer y comodidad para vos. Eso sí: usen mucho lubricante y disfruten el momento.
Perfecta si practicás yoga, pero también para sentir una penetración más profunda. Él maneja el ritmo sobre tu vagina, que queda bien expuesta.
Acá vos llevás el ritmo con un upgrade: la idea es usar los ejercicios de Kegel y apretar con tu vagina mientras te movés. Pura fantasía.
No es una postura de contacto directo, pero sirve para descubrir qué les gusta exactamente y conocerse mejor.
Si a tu pareja le encanta tu cola, esta postura es una fantasía: vos llevás el ritmo y ambos disfrutan.
Ideal si el pene de tu pareja es grueso: lo vas a sentir más intenso. Tus manos quedan libres, así que vos decidís cómo usarlas.
Se llama así porque el final es bien dulce. Es la cucharita de siempre, pero con un plus goloso: el ‘traqueteo’ de tu succionador.
Para esta necesitás un puf o una pelota grande. Quien tenga pene va arriba y acompaña el ritmo con ayuda de la superficie mullida.
Perfecta para hacerlo en la esquina de cualquier superficie elevada: la mesada de la cocina, la mesa del living, el baño… donde pinte.
Genial para soltarte con tu pareja. Quien recibe va a sentir la penetración bien profunda, y si suma un vibrador, el placer se multiplica.
Desde atrás (ya sabés, ejem) la penetración se siente más intensa. En esta postura, cuando sientas que estás por llegar, encendé tu vibrador y dejá que todo fluya hasta explotar.
Si vos y tu pareja tienen una altura parecida, háganla de pie. Si no, acostados también funciona perfecto. La idea es exponer bien tu vagina y flexionar una pierna para que la penetración sea lo más profunda posible.
Se llama así porque quien está arriba marca el ritmo… ¡y hay que tener buen fondo! Apoyate en tu pareja si hace falta y manejá el movimiento a tu gusto.
Acá la idea es enfocarse solo en las terminaciones externas: labios y clítoris. Así llegás al orgasmo de forma lenta, sin apuro, pero bien intensa.
Si te toca recibir, ponete tu video hot favorito, pero ojo: tenés que estar de pie y sin apoyarte en ningún lado. A ver cómo te mantenés firme cuando llegues al clímax…
Se llama así porque la puede disfrutar cualquier pareja. Si usan arnés, mejor todavía: si tiene vibrador incluido, más divertido y excitante.
Para quien está sobre los almohadones, esta es de las posturas más cómodas. Dejá que tu pareja lleve el ritmo y vos solo relajate y disfrutá. Es tu momento.
Acá solo recibe placer quien está arriba. La persona de abajo tiene las manos libres, así que puede darse gusto a sí misma si quiere.
No hay nada como mirarse al espejo mientras tienen sexo (si no lo probaste, hacelo). En esta postura, todo es tan excitante como impredecible. ¿A quién vas a mirar primero?
El nombre viene de cómo quedan cruzadas las piernas. Una fantasía que, además de excitante, puede ser graciosa si tienen un espejo cerca.
Ideal para esos días en los que estás cansada. Vos te relajás mientras tu pareja, arriba, se encarga de todo.
Como dos fideos enredados en la sartén: jueguen cruzando las piernas mientras los genitales se unen. Puro contacto.
Dejá que tu pareja te penetre desde atrás y sumá un extra usando un vibrador sobre el clítoris. Doble placer asegurado.
Es un clásico, pero si lo hacés en verano, asegurate de tener un ventilador apuntándote a la cara, detrás de tu pareja. El cruce de sensaciones es una bomba.
Si tu pareja es mujer, esta postura con un vibrador grande que estimule a las dos es un golazo. Usen lubricante y dejen que la maquinita haga su magia.
Si tu pareja es más “chico” o si te gusta la penetración bien profunda, hay un truco fácil: en el misionero, poné una almohada firme debajo de la cola para elevar las caderas. Flexioná las piernas y abrílas, dejando un espacio para frotarte el clítoris con la mano.
Usá lubricante por dentro y por fuera, y hagan el misionero de siempre, pero bien abrazados. Es una forma súper íntima y placentera de disfrutar esta postura clásica.
Buscá tu vibrador más potente y acostate boca arriba, con las caderas al borde de la cama o de una mesa. Que tu pareja se ponga de pie para penetrarte con el pene o un arnés. Encendé el vibrador… y a ver cuánto tardás en perder el control.
Si tu pareja se pone de pie y te penetra mientras vos estás acostada, podés controlar la profundidad, ideal si estás en ese mood de “mi cuello uterino necesita un descanso”. Es perfecta para hacerlo en cualquier parte de la casa: cocina, comedor, ¡donde pinte!
Acostate boca arriba, separá piernas y brazos formando una X. Tu pareja, arriba tuyo, va a evitar casi todo el contacto salvo ingle con ingle. La idea es concentrarte en la sensación de la penetración. La mano en el clítoris siempre suma.
Para esta postura vas a necesitar un almohadón (quedate tranquila, cualquier cojín firme sirve) para elevar las caderas. Con las piernas abiertas, la sensación se vuelve más profunda. Y si querés, ayudate con la mano para rozar el clítoris.
Probá poner una pierna estirada hacia abajo, al lado de la de tu chica, y doblá la otra rodilla hacia arriba. Las embestidas de tu compañera te van a frotar de una forma totalmente nueva, y podés mover las caderas para rozarte con su hueso púbico o encontrar un ángulo distinto. Un pequeño cambio que hace toda la diferencia.
Esta postura es ideal para usar un vibrador pensado para parejas heterosexuales. Así, los dos disfrutan de la vibración y llegar al orgasmo se vuelve mucho más fácil (y divertido).
Subí una pierna (sin abrirlas del todo) y dejá tu vagina expuesta para la penetración. Si el pene o el arnés es más chico, vas a sentir mejor la fricción y cada movimiento.
Si tienen una bañera donde entren los dos, llenala con un poco de agua tibia. El roce del agua va a hacer que las sensaciones sean mucho más intensas. Y después, pueden terminar con una buena ducha juntos.
Ubicate al borde de la cama y dejá que él te sujete las piernas mientras eleva tu pelvis. La penetración desde atrás en esta postura se siente súper placentera.
Para esta postura vas a necesitar una almohada para cuidar la espalda. Recostate mientras tu chico, de rodillas, te agarra las piernas y apoya tus tobillos sobre sus hombros. Él va a tener el control del ritmo, así que relajate y disfrutá.
Si quieren probar sexo anal, lo principal es que estés relajada. Acostate boca abajo y dejate llevar. Si no te sentís cómoda así, podés probar apoyarte sobre las rodillas o levantar un poco la cadera para que la penetración sea más fácil y placentera.
Dentro de todas las del repertorio, las posturas de lado no son de las más populares, pero tienen lo suyo. Son ideales para que tu pareja te acaricie el clítoris, que queda bien accesible. Además, puede tocarte los pechos y jugar con tu nuca y tus orejas… uhmmm, puro placer.
Ahora el que toma el control es él. Juntá las piernas para que su pene haga más presión dentro tuyo y mirense a los ojos mientras hacen el amor. Una conexión total.
Crucen las piernas de forma que sus genitales queden en contacto, y apoyen los brazos detrás de la cabeza. Pueden llevar la pelvis hacia adelante y arquear el cuerpo hacia atrás… ¡una postura súper excitante!
Esta es una de las posturas del Kamasutra con más contacto visual, así que también suma mucha intimidad. Decile que se siente en una silla y montate arriba de él, rodeándolo con las piernas. Podés apoyarte en el piso o en los apoyos de la silla para moverte con más facilidad. Su vientre y genitales van a estar en contacto constante con vos, lo que te permite estimular muy bien el clítoris. Además, él va a poder abrazarte, acariciarte y llenarte de besos…
Pedile que junte las piernas y acostate encima de él, también con las tuyas juntas. Apoyá los brazos en sus costados y llenalo de besos mientras te penetra lentamente. Después, empezá a mover la cadera para acelerar el ritmo, ayudándote con los pies y los brazos. Es una postura con muchísimo contacto… de las más placenteras del Kamasutra. ¡A disfrutar!
La postura del Kamasutra conocida como 'Amazonas al revés' es bastante cómoda. Sentate arriba de él, de espaldas, apoyando los brazos hacia atrás para tener más estabilidad. Si mantenés las piernas juntas entre las suyas, va a sentir más placer. Y si tu pareja es hábil, puede incorporarse un poco y estimularte el clítoris mientras tanto.
La idea es que una de las dos se ate las manos y deje que la otra use su vibrador favorito para llevarla al clímax. ¿La particularidad? Hay que aguantar de pie y sin moverse demasiado. ¿Te la bancás?
Una fantasía un poco particular, pero perfecta para Navidad. Uno encima del otro, imitando a Papá Noel... el resto de la historia la inventan ustedes.
Nadie es fan de tener sexo con medias puestas, pero con este frío... no queda otra. Si se acomodan uno arriba del otro, además del placer, se van a dar calorcito mutuo.
Sobre un puf, enrosquen sus cuerpos hasta estar piel con piel y déjense llevar con caricias. Si hay penetración, usá los pies para impulsarte y coordinar el movimiento con tu pareja.
Tu placer va a depender de la intuición de tu pareja. Con los ojos vendados, guialo lo justo y necesario para que te lleve al clímax. ¿Estará a la altura?
Subite arriba y llevá vos el ritmo, como si su pene fuera un joystick. Movete de arriba abajo y también hacia los costados para intensificar las sensaciones. Vos tenés el control.Subite arriba y llevá vos el ritmo, como si su pene fuera un joystick. Movete de arriba abajo y también hacia los costados para intensificar las sensaciones. Vos tenés el control.
Esta postura requiere algo de equilibrio, pero tu pareja te puede sostener bien para darte una mano. Si estás en forma, vas a disfrutar mucho de la penetración en esta posición.
Ponete de costado y dejá que tu chico te penetre desde ese ángulo. Él puede meter una de sus rodillas entre tus piernas y acomodar su cuerpo para entrar con comodidad. Apoyá una mano en tu espalda para darte estabilidad y dejarte llevar.
Recuéstense de lado y dejen los clítoris expuestos. Uno se estimula con la mano de la otra, y el otro con el roce del muslo. Para sumar más intensidad, usen un lubricante con efecto calor… y disfruten del fuego.
En una superficie mullida —incluso puede ser un buen flotador—, dejá tu vagina expuesta y rodeá con las piernas por detrás a tu chico. Él va a llevar el ritmo y vos vas a sentir una penetración más profunda. Ideal si buscás más contacto en cada movimiento.
Ideal para el verano: esta postura se potencia con algo frío, como un hielo envuelto en un paño limpio. Apoyalo de forma intermitente sobre el clítoris y dejate llevar por la sensación (o que lo haga tu compañera). Tené a mano un vibrador o succionador para cerrar con un orgasmo de aquellos.
Alineá tu pelvis con la de él en lo que se conoce como técnica de alineación coital (o CAT). Mientras él está arriba, que se balancee hacia adelante y hacia atrás empujando la pelvis hacia arriba. La clave es moverse en sincronía, así tu clítoris roza la base de su pene y el placer se multiplica.
Esta postura permite sentir el miembro de tu pareja con más intensidad, pero si te cuesta llegar al orgasmo igual, sumá tu vibrador favorito al momento. El clímax va a ser épico.
Probá esta postura en verano, con el ventilador apuntándote a la cara mientras estás arriba de tu chico. Una vez arriba, mové las caderas como si estuvieras bailando hula-hop. Placer y frescura, todo en uno.
Como si estuvieras en lo más alto de la torre más alta, acá el ritmo lo marcás vos. También el equilibrio, porque no es una postura para cualquiera… pero el placer lo vale.
En esta postura 'clásica', sumá un vibrador para darle doble juego y que llegar al orgasmo sea como ver el final del arcoíris. Así de mágico.
Con las piernas sobre los hombros de tu pareja, dejá que te penetre mientras juega con tu vibrador favorito. Dicen que el nombre de esta postura viene del ruido que van a hacer… por el placer que da la vista (y el vibrador, claro).
Cuando el sexo es entre dos chicas, en esta postura, pueden estimularse mutuamente con los muslos, mientras las manos y los brazos quedan libres para caricias y abrazos.
No hay mucho que explicar sobre esta postura clásica… pero al revés. Quien está arriba se da vuelta y queda con la cola bien expuesta para su pareja. Lo ideal es apoyarse en los tobillos para mantener más contacto durante el encuentro.
Si te gusta el sexo anal, esta postura es ideal: requiere equilibrio, pero vale totalmente la pena. Mientras disfrutás de la penetración, podés estimular tu clítoris para un doble placer. Una fantasía hecha realidad.
Dejá a mano un lubricante a base de agua, así no tenés que andar agarrando el frasco cada dos por tres. Empezá por los pechos con masajes suaves y andá bajando hasta los genitales. Un verdadero festival de placer.
Al igual que la anterior, esta postura potencia la intimidad entre los dos. Pero también pone a prueba el equilibrio: tu pareja va a tener que sostenerte mientras te penetra, y vos hacés fuerza con los pies apoyados sobre una superficie en altura.
Una de las posturas más íntimas. ¿La clave? Mirarse a los ojos en algún momento del encuentro. Y como el contacto es constante… las manos al cuerpo, como quien dice.
Sobre una superficie blanda, tu pareja te penetra desde atrás para estimular zonas de la vagina que solo se alcanzan con esta postura.
Es una postura difícil, pero vale la pena: ponete de espaldas sobre tu pareja, apoyándote con las manos y los pies. Lo ideal es que él lleve el ritmo, pero si lográs manejarlo vos también… te aplaudimos de pie.
Esta posición es el paso previo a la que viene después. Sentate arriba de tu pareja y, con movimientos que estimulen tu clítoris, dejá que te penetre. Hacelo bien despacio y llevá vos el ritmo, hasta que te sientas cómoda y puedas empezar a subirle la intensidad. Acá decidís vos.